"Nuestros datos personales reflejan nuestros intereses, nuestros deseos: son una extensión digital de nuestra alma. Al cederlos tan libremente a las redes sociales, las tarjetas de fidelidad de los supermercados y los motores de búsqueda de Internet, ¿hemos hecho algún tipo de pacto fáustico? Puede que nuestras almas digitales no sean inmortales, pero sin duda pueden sobrevivirnos. Lo que decidimos compartir también afecta a los que nos rodean: puede que mi mujer y yo estemos encantados de compartir información sobre nuestra genética, pero al hacerlo también estamos compartiendo información sobre el genoma de nuestros hijos. Utilizar la tarjeta de fidelidad de un supermercado nos permite obtener descuentos en nuestra compra semanal, pero también proporciona al supermercado información detallada sobre nuestra dieta familiar".

https://www.theguardian.com/media-network/2015/mar/05/digital-oligarchy-algorithms-personal-data?