"Cada año, los estadounidenses gastan al menos $20 billones en visitas médicas innecesarias. Este es uno de los motores de la espiral del coste de la atención sanitaria, que se prevé se dispare hasta los $5,5 billones en 2024. Lo último que cabría imaginar es que Internet tuviera algo que ver con esto... La mayoría de los profesionales de la medicina no están muy contentos con la tendencia al autodiagnóstico. No se trata simplemente de una cuestión de pérdida de control o de socavar su autoridad a través de las búsquedas médicas en Internet: puede estropear el proceso de diagnóstico, porque los resultados pueden sugerir a los pacientes afecciones raras o mórbidas, lo que a su vez puede provocar la aparición de nuevos "síntomas". Buscas en Internet "dolor de garganta", por ejemplo, y te encuentras absorto y horrorizado por descripciones de cáncer de esófago. Su ansiedad aumenta".

"La web tiene el potencial de aumentar la ansiedad de las personas que tienen poca o ninguna formación médica", concluyeron White y Horvitz, "especialmente cuando la búsqueda en la web se emplea como procedimiento de diagnóstico". Ahora, siete años después, incluso Google admite que "el contenido sobre salud en la web puede ser difícil de navegar, y tiende a llevar a la gente de síntomas leves a afecciones aterradoras e improbables, lo que puede causar ansiedad y estrés innecesarios... Es hora de que la ética médica migre a Internet". La pregunta es: ¿podrá el Dr. Google cumplir uno de los principales principios del juramento hipocrático, que los médicos juran al inicio de su práctica médica? Primum non nocere-"Primero, no hagas daño."