Las personas que trabajan en las zonas del país más afectadas por las importaciones suelen tener más desempleo y menos ingresos durante el resto de sus vidas, según un artículo publicado en enero. Sin embargo, con el tiempo, la automatización ha tenido un efecto mucho mayor que la globalización y, de todos modos, habría acabado eliminando esos puestos de trabajo, dijo en una entrevista. "En parte se debe a la globalización, pero en gran medida a que necesitamos muchos menos trabajadores para hacer el mismo trabajo", explica. "Los trabajadores son básicamente supervisores de máquinas". Cuando Greg Hayes, el director ejecutivo de United Technologies, acordó invertir $16 millones en una de sus fábricas de Carrier como parte de un acuerdo de Trump para mantener algunos puestos de trabajo en Indiana en lugar de trasladarlos a México, dijo que el dinero se destinaría a la automatización.

"Lo que eso significa en última instancia es que habrá menos puestos de trabajo", dijo en la CNBC.

Tomemos como ejemplo la industria siderúrgica. Perdió 400.000 personas, el 75% de su mano de obra, entre 1962 y 2005. Pero sus envíos no disminuyeron, según un estudio publicado en la revista American Economic Review el año pasado. La razón fue una nueva tecnología llamada "minimill". Los autores del estudio, Allan Collard-Wexler, de Duke, y Jan De Loecker, de Princeton, concluyeron que el efecto de la nueva tecnología se mantuvo incluso después de tener en cuenta las prácticas de gestión, la pérdida de empleo en el Medio Oeste, el comercio internacional y los índices de sindicación".

El asesino del empleo a largo plazo no es China. Es la automatización.