¿No podemos hacer nada para detener o incluso ralentizar lo que parece una aproximación mecanizada de un ejército de hunos en marcha? Pero esperen. En gran parte del mundo, negociamos acuerdos sobre el clima y las armas nucleares; regulamos la propagación de enfermedades y armas de fuego; emprendemos acciones diplomáticas o incluso militares contra dictadores; y construimos defensas contra ciberataques de naciones delincuentes. En todos estos casos, buscamos una reducción racional de una amenaza existencial percibida. ¿Los robots y sus creadores -en Silicon Valley, Japón y China- ponen menos en peligro nuestro modo de vida? Y si son tan peligrosos, ¿son realmente imparables, como una fuerza de la naturaleza? Dados los estragos políticos ya causados en parte por el descontento de la clase trabajadora, ¿no podemos hacer nada para detener o incluso ralentizar lo que parece una aproximación mecanizada de un ejército de hunos en marcha?"