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"Los implantes cerebrales u otros tipos de enlaces neuronales, como las interfaces cerebro-ordenador (BCI) entre el cerebro, Internet y la nube, están entrando rápidamente en el terreno de la ciencia más que en el de la ciencia ficción. La Agencia de Investigación Avanzada de Defensa está lista para realizar pruebas con chips de control del estado de ánimo de bucle cerrado vinculados a la IA que pueden emitir un impulso eléctrico para regular el estado de ánimo de un soldado. En el sector privado, Elon Musk ha anunciado Neuralink: una empresa de neurotecnología que no sólo se centrará en combatir enfermedades, sino también en aumentar la capacidad de los seres humanos para competir mejor con las máquinas. La tecnología avanza en campus y laboratorios públicos de todo el mundo, atrayendo importantes fondos de empresas tecnológicas consolidadas, institutos tecnológicos y universidades punteras. Por ejemplo, el profesor Newton Howard, de la Universidad de Oxford, ha elaborado un prototipo de implante neural funcional combinando algunas de las mentes más brillantes del MIT, Oxford y Georgetown, y los recursos y conocimientos técnicos de Intel y Qualcomm.

Todo esto plantea una pregunta: ¿Está el mundo preparado para este tipo de mejora humana? ¿Es una idea que merezca la pena? Por mi parte, no me pondría a la cola para que me implantaran un implante cerebral, ya que me quitaría demasiado de lo que me hace ser quien soy.

Las "promesas" de un futuro biomejorado

La introducción de implantes cerebrales que las personas normales podríamos comprar en el centro comercial abrirá una caja de Pandora de posibilidades. Es uno de esos saltos tecnológicos que te hacen preguntarte si nuestro futuro va a ser el cielo o el infierno (#Hellven). Es algo en lo que paso mucho tiempo pensando y sobre lo que he escrito extensamente en artículos y para mi libro.

Sé que puede sonar a tópico, pero muchas de las posibles "mejoras para humanos" probablemente acabarán degradando nuestras vidas en términos de salud y felicidad. Aunque podríamos ganar ciertos superpoderes, también perderíamos muchos atributos que nos definen como seres humanos. ¿Cómo podríamos conservar características no generadas por algoritmos como la serendipia, la sorpresa, el misterio e incluso el libre albedrío en un mundo dominado por máquinas superinteligentes conectadas directamente a nuestra mente? ¿Una conexión constante a una nube con una capacidad informática prácticamente ilimitada no conduciría a una dependencia total, a una pérdida radical de la autonomía humana y, en última instancia, a la deshumanización total de la sociedad?

Es cierto que casi todo el mundo querría tener poderes sobrehumanos, y muchos de nosotros haríamos cualquier cosa por convertirnos en cíborgs divinos. Si a la humanidad se le pidiera que eligiera, a muchos les parecería obvio.... "

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