Comparada con la tosca tecnología de los años 90 y principios de los 2000, la tecnología moderna es eficiente y adictiva. Cientos de millones de personas comparten sus vidas en tiempo real a través de las publicaciones de Instagram, y con la misma rapidez esas vidas se evalúan en forma de comentarios y "me gusta". Las canciones que antes tardaban una hora en descargarse ahora llegan en segundos, y el retraso que disuadía a la gente de descargarlas en primer lugar se ha evaporado. La tecnología ofrece comodidad, velocidad y automatización, pero también conlleva grandes costes. El comportamiento humano se rige en parte por una sucesión de cálculos reflexivos de coste-beneficio que determinan si un acto se realizará una, dos, cien o ninguna vez. Cuando los beneficios superan a los costes, es difícil no realizar el acto una y otra vez, sobre todo cuando toca las notas neurológicas adecuadas".
Los peces gordos de la tecnología saben lo adictivos que son sus productos. ¿Por qué el resto de nosotros no?
https://www.wired.com/2017/03/irresistible-the-rise-of-addictive-technology-and-the-business-of-keeping-us-hooked/
vía Instapaper