"Estamos en 2025 y salen a subasta 800.000 toneladas de acero usado de alta resistencia.

El acero componía el oleoducto Keystone XL, finalmente terminado en 2019, dos años después de que el proyecto se lanzara a bombo y platillo tras su aprobación por la administración Trump. El oleoducto se construyó con un coste de unos $7.000 millones, llevando petróleo de las arenas bituminosas canadienses a Estados Unidos, con una parada en boxes en la localidad de Baker, Montana, para recoger crudo estadounidense de la formación Bakken. En su punto álgido, transportaba más de 500.000 barriles diarios para su procesamiento en refinerías de Texas y Luisiana.

Pero en 2025, nadie quiere el petróleo.

El Keystone XL pasará a la historia como el último gran proyecto de infraestructuras de combustibles fósiles del mundo. TransCanada, la operadora del oleoducto, cobró unos $10 por barril por los servicios de transporte, lo que significa que la ampliación del oleoducto ganó unos $5 millones al día, o $1.800 millones al año. Pero tras cerrar menos de cuatro años después de su vida operativa prevista de 40 años, nunca amortizó sus costes".

Así es como morirá el gran petróleo - NewCo Shift
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