Este artículo da en el clavo y plantea algunas cuestiones clave. No deje de leerlo entero.

¿Y si el crecimiento económico ya no es posible en el siglo XXI?

Un escenario posible, con noticias sorprendentemente buenas para los estadounidenses medios, es que las limitaciones al crecimiento obliguen a los líderes políticos a aceptar la redistribución como herramienta política. De hecho, si no podemos volver a crecer hacia una prosperidad ampliamente compartida, la redistribución es la única forma de salvar a la clase media. Muchos economistas han advertido de que el viejo modelo se está extinguiendo. En un artículo muy citadoRobert Gordon sostiene que el rápido crecimiento que damos por sentado no sólo es históricamente anómalo, sino que es probable que se ralentice considerablemente en el siglo XXI. Los países desarrollados ya han elegido el "fruta madura" de avance tecnológico (en frase de Tyler Cowen), y las innovaciones futuras producirán mucho menos crecimiento, argumenta. Steven King, economista jefe de HSBC, argumenta de forma similarLa razón subyacente del estancamiento es que un medio siglo de notables desarrollos puntuales en el mundo industrializado no se repetirá...No existe una solución políticamente viable al problema del cambio climático a menos que tanto EE.UU. como China reconozcan honestamente la conección entre limitar las emisiones y frenar el crecimiento“

Las conclusiones que se desprenden de estas observaciones son tajantes. El antiguo paradigma económico se basaba en un crecimiento insostenible, por lo que debemos cambiar de paradigma. Durante décadas, el aumento de nuestro nivel de vida ha tenido un alto coste para el medio ambiente y el futuro de nuestros hijos. Sencillamente, no hay suficiente biocapacidad planetaria para salir de las turbias discusiones morales sobre la distribución. La idea de que la desigualdad no es más que una ineficiencia que debe corregirse con un parche tecnocrático o un crecimiento perpetuo ya no es sostenible..