En este artículo imprescindible de WIRED por la fabulosa Clive Thompson, que también presenta aquí su nuevo libro nos encontramos con la tiranía de los codificadores de eficacia.

"Una cosa es optimizar tu vida personal. Pero para muchos programadores, el verdadero narcótico es transformar el mundo. La escala en sí es una alegría; es fascinante ver cómo tu nuevo fragmento de código explota de repente en popularidad, pasando de dos personas a cuatro, a ocho y a todo el planeta. Has acelerado algún aspecto de la vida -cómo enviamos mensajes de texto o pagamos facturas o compartimos noticias- y puedes ver cómo se extienden las ondas".

"Nos hemos vuelto como los propios programadores, apretando todos los engranajes de nuestras vidas para eliminar la fricción. Como cualquier buen ingeniero, podemos hacer que las máquinas de nuestras vidas funcionen muy rápido, aunque no está claro que estemos contentos con a dónde vamos. La programación es una reminiscencia de la poesía, donde la compresión puede conferir poder... Cualquier cosa que estuvieras haciendo antes -tomar un taxi, cotillear con un amigo, comprar pasta de dientes- ahora sucede más rápido. El objetivo de Silicon Valley siempre ha sido acelerar el metabolismo de la actividad humana. Y quizá te hayas preguntado alguna vez por qué. ¿Por qué los técnicos insisten en que las cosas deben acelerarse, torcerse, optimizarse?".

... ¿es porque para eso les han formado? Sin embargo, quizá el peligro radique en que damos por sentado que la eficiencia es lo crucial a lo que hay que aspirar... y los programadores están obsesionados con la eficiencia a través de algoritmos. Creo que a los humanos nos seduce la imaginación, y a través de lo que Gerd llama androritmos. Tenemos que adoptar la tecnología, pero no convertirnos en ella. O como la cita de Konrad Zuseingeniero civil alemán que construyó el primer ordenador programable:

"El peligro de que los ordenadores se parezcan a los humanos no es tan grande como el de que los humanos se parezcan a los ordenadores".

Post coproducido por el comisario de contenidos de The Futures Agency Petervan

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