This is the Spanish translation of my January 3, 2014, guest post in the EconomicTimes India. Many thanks to Fernando del Río, economist and social innovator at www.hervideas.org, for making this contribution!
El futuro del trabajo. ¿Vamos hacia una nueva concepción del trabajo?
El concepto de “trabajo” ha estado en el corazón tanto de la sociedad industrial como de la sociedad de la información, de la mano de conceptos como “empleo”, “crecimiento” o “PIB” (término por cierto cada vez más pasado de moda, es probable que pronto lo reemplacemos por otro indicador del tipo “bienestar nacional bruto”). Pero, ¿qué significará el trabajo en una sociedad del conocimiento, o mejor dicho, en una “sociedad de la experiencia”? ¿Qué ocurrirá cuando la mera maximización de la eficiencia y de la productividad se convierta en el dominio de las máquinas, más que en el de los humanos? Para la mayoría de nosotros la idea de trabajar iba de la mano de la de ganarse la vida. Aquellos que no trabajaban en el sentido tradicional, como artistas, líderes espirituales, rentistas, ricos, o personas desvinculadas del sistema, aquellos que de una manera u otra no se adaptaban al modelo de trabajo clásico eran vistos a menudo como cargas para la sociedad, dado que sus contribuciones no eran medibles por los indicadores al uso. ¿Es la misma la forma de trabajar de un artista, de un inventor o de un escritor, que la de un ingeniero o la de un obrero de una fábrica? Difícilmente, y sin embargo, este tipo de ocupaciones, más dominadas por el hemisferio derecho del cerebro, pueden ser no tardando mucho el futuro de muchos de nosotros.
La diferencia entre “tener trabajo” o “no tener trabajo” cambiará muy pronto, ya que el el “trabajo” en el sentido tradicional, como un empleo, será cada vez más difícil de conseguir en un futuro cercano: la tecnología está rápidamente automatizando los empleos basados principalmente en procesos mecánicos. Y ésta es una tendencia inevitable que va a transformar nuestra sociedad de arriba a abajo. En menos de 7 años no serán necesarios 337 trabajadores poco cualificados para ensamblar un iPad en China, como ocurre ahora, sino que lo harán 20 robots inteligentes controlados por 20 trabajadores.
Imaginemos un tiempo (y no tan lejano) en el que tecnologías ultra inteligentes y algorigmos de software, “mayordomos digitales” y asistentes personales basados en la nube (inteligencia artificial) harán mucho más que mostrarnos la ruta más rápida en mapas online o aconsejarnos qué restaurante evitar cuando viajemos. En cambio, imaginemos servicios de inteligencia artificial que nos hagan la declaración de la renta, o nos guíen en el deporte como lo hace hoy un entrenador personal, teniendo en cuenta nuestras necesidades, capacidades y estado de forma del momento.
En el pasado muchas tareas centradas en el procesamiento de datos, como la contabilidad, eran llevadas a cabo por personas ayudadas por ordenadores que presentaban resultados con sentido para los humanos. Lo más seguro es que casos como éste desaparecerán a medida que las máquinas se vuelvan verdadera y profundamente inteligentes, y las interfaces pasen del teclado a la voz, a los gestos, al parpadeo y finalmente al pensamiento. El momento que de verdad da miedo es cuando todo este progreso técnico nos haga sentir como que empezamos “a vivir dentro de un ordenador gigante”, o peor, cuando los ordenadores vivan dentro de nosotros mismos, pero eso es otra historia, y aparte no creo que nuestro mundo se acabe conviertiendo en semejante distopía. Sea como sea, lo verdaderamente importante es que la automatización va a comerse la mayoría de nuestros trabajos, y ahí hay poco que podamos hacer, tanto como el herrero pudo hacer en cuanto a su elaboración de herraduras ante el imparable avance del ferrocarril.
Por tanto pienso que el término “trabajo” tal y como lo entendemos hoy puede volverse obsoleto en el futuro próximo, por lo que propongo crear un nuevo término: “workupation”. Esta fusión de “trabajo” y “ocupación” (de “work” y “occupation” en inglés) puede ser más ajustada para describir nuestro futuro porque sea lo que sea aquello en lo que estemos ocupados es probable que se convierta en nuestro nuevo trabajo, monetizado, es decir, pagado mediante una infinidad de nuevas formas, muchas de las cuales son inconcebibles o totalmente inviables aún hoy. Como ejemplo observemos cómo Flattr está proponiendo pagar a profesionales por sus artículos, o cómo la reputación social ya está siendo medida en plataformas como Klout o Peerindex.
Nos estamos convirtiendo rápidamente en una verdadera “sociedad conectada”, y en ella el trabajo es una de las principales zonas disruptivas, impactada por los avances exponenciales en el “big data”, la inteligencia artificial, la robótica y la automtización en general. El crowdsourcing, el tele-trabajo y la disolución de los límites sectoriales (pensemos por ejemplo en el impacto de los coches sin conductor de Google sobre el sector de la automoción) son otras tendencias importantes para determinar el futuro del trabajo.
También tenemos que tener en cuenta que la expansión global del uso de dispositivos móviles, el consumo rampante de tecnologías de la información y el empoderamiento de los consumidores que implica, así como el crecimiento explosivo de los medios de comunicación sociales en casi todos los sectores han empezado a desdibujar los límites entre lo privado y lo profesional. Estudios recientes confirman que muchos estamos trabajando entre un 10% y un 20% más que cuando no teníamos móviles tan avanzados y redes sociales profesionales. Muchas veces es difícil decir si lo que estamos haciendo en un momento determinado es “trabajo” o no, o es simplemente “lo que estamos haciendo”, y a menudo sencillamente aquello que nos apasiona. Y esta tendencia se volverá más fuerte en el futuro a medida que dejemos las tareas no especializadas y mecánicas a las máquinas inteligentes, y avancemos para centrarnos en nuestras capacidades verdaderamente humanas. Esto, para mí, define el cambio del trabajo a workupation. Estaremos ocupados con proyectos y asuntos que realmente nos importan, en lugar de con aquellos que requieren capacidades meramente mecánicas, o peor, pensamiento mecánico. Y por supuesto, no hay que olvidar que en este tipo de tareas mecánicas las máquinas siempre nos ganarán en precio, velocidad y fiabilidad en el 99% de los casos.
Ése sería un devenir utópico para uno de los mayores retos del siglo XXI: asimilar los avances de la tecnología y con ellos lograr una sociedad mundial en la que las tareas más “aburridas” sean desempeñadas por máquinas de uno u otro tipo, dando a las personas la libertad de dedicarse a lo que realmente les gusta, desarrollando todo su potencial en sus capacidades puramente “humanas”. Siempre han existido ocupaciones, la concepción del “trabajo” ha ido variando a lo largo de la historia. Los cazadores de mamuts no recibían un salario ni cotizaban a la seguridad social, y sin embargo, “trabajaban”. En el presente siglo veremos implantarse una nueva concepción del trabajo. El gran reto consiste en cómo recorreremos ese camino en un mundo globalizado con enormes diferencias en cuanto a desarrollo. ¿Lograremos que la automatización se traduzca de forma “automática” en esta nueva concepción del trabajo, basada en tareas mucho más apasionantes y humanas que los empleos mecánicos de antaño? ¿O viviremos entre medias una transición lenta y dolorosa, que significará el desempleo permanente y la exclusión social de millones de personas y con ello la potencial fractura de la sociedad? ¿Está la sociedad, la política y la empresa preparada para este gran cambio?
Download the PDF: The Future of Work: Spanish Translation of my recent guest post at Economic Times India – Futurist, Author & Keynote Speaker Gerd Leonhard
The concept of ‘work' has been at the heart of both the industrial as well as the information society, along with ‘jobs' and ‘growth' and that most rapidly outmoding term, GDP (expect a new metric to emerge here, soon, along the lines of ‘gross national well being'). But what will work mean in a knowledge society, or indeed in some form of an ‘experience society'? What will happen when merely maximizing efficiency and productivity becomes the chief domain of machines, rather than humans?…
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