"Veinticinco años después de que el primer sitio web se pusiera en línea, está claro que vivimos un periodo de transición vertiginosa. Durante los 500 años posteriores a Gutenberg, la forma dominante de información fue la página impresa: el conocimiento se entregaba principalmente en un formato fijo, que animaba a los lectores a creer en verdades estables y asentadas.

Ahora estamos atrapados en una serie de confusas batallas entre fuerzas opuestas: entre la verdad y la mentira, los hechos y los rumores, la bondad y la crueldad; entre unos pocos y muchos, los conectados y los alienados; entre la plataforma abierta de la web tal y como la concibieron sus arquitectos y los recintos cerrados de Facebook y otras redes sociales; entre un público informado y una turba equivocada.

Lo que es común a estas luchas -y lo que hace que su resolución sea una cuestión urgente- es que todas ellas implican la disminución del estatus de la verdad. Esto no significa que no haya verdades. Simplemente significa, como este año ha dejado muy claro, que no podemos ponernos de acuerdo sobre cuáles son esas verdades, y cuando no hay consenso sobre la verdad ni forma de alcanzarla, pronto sobreviene el caos".

Cómo la tecnología perturbó
https://www.theguardian.com/media/2016/jul/12/how-technology-disrupted-the-truth
vía Instapaper