... acaba de salir al aire aquí. Descargue el PDF: economic times india gerd leonhard futuro del trabajo o lea más abajo.

El concepto de "trabajo" ha estado en el centro tanto de la sociedad industrial como de la sociedad de la información, junto con los de "empleo" y "crecimiento" y ese término que se está quedando rápidamente obsoleto, el PIB (es de esperar que pronto surja una nueva métrica, del tipo de "bienestar nacional bruto"). Pero, ¿qué significará el trabajo en una sociedad del conocimiento o, de hecho, en alguna forma de "sociedad de la experiencia"? ¿Qué ocurrirá cuando la mera maximización de la eficiencia y la productividad se convierta en el principal dominio de las máquinas, en lugar de los humanos? La mayoría de nosotros trabajaba porque necesitaba ganarse la vida. Aquellos que no trabajaban en el sentido tradicional, como los artistas, los líderes espirituales, los herederos ricos y los ricos independientes, los que abandonaban los estudios o los que de alguna manera no eran aptos para trabajar, a menudo eran considerados una carga para la sociedad, ya que sus contribuciones no eran mensurables según las métricas convencionales. ¿Trabaja un artista, un inventor o un autor del mismo modo que un ingeniero o un obrero? Difícilmente. Sin embargo, estas ocupaciones, en las que predomina el hemisferio derecho del cerebro, pueden ser el destino de muchos de nosotros.

La distinción entre "tener trabajo" y "no tenerlo" cambiará muy pronto, ya que en un futuro próximo será cada vez más difícil encontrar "trabajo" en su sentido tradicional; la tecnología está automatizando rápidamente todos y cada uno de los trabajos que tienen algún componente similar a una máquina. Se trata de una tendencia inevitable que cambiará nuestra sociedad de raíz. En menos de 7 años, no serán necesarios 337 trabajadores poco cualificados para ensamblar un iPad en China, sino 20 robots inteligentes y 20 trabajadores que los manejen.

Imaginemos un futuro no muy lejano en el que las tecnologías ultrainteligentes y los algoritmos de software, los "mayordomos digitales" y los agentes de software personales basados en la nube (inteligencia artificial / IA) harán mucho más que mostrarnos la ruta más rápida en mapas digitales o aconsejarnos qué restaurante evitar cuando viajamos. Imaginemos, en cambio, servicios basados en la IA que declaren nuestros impuestos por nosotros o planifiquen nuestro ejercicio físico en función de nuestras necesidades reales y de la preparación de nuestro cuerpo en ese mismo momento. En el pasado, muchas tareas de procesamiento de datos, como la contabilidad, eran realizadas por personas reales que utilizaban ordenadores para encontrar respuestas que tuvieran sentido para los humanos. La mayor parte de estas tareas desaparecerán a medida que las máquinas se vuelvan más y más inteligentes y las interfaces pasen de escribir a hablar a gesticular, parpadear y "pensar". El momento realmente aterrador será cuando empecemos a "vivir dentro de un ordenador gigante" o, peor aún, cuando los ordenadores vivan dentro de nosotros... pero eso es para otra historia, y no creo que nuestro mundo se convierta en ese tipo de distopía. Sin embargo, la conclusión es que la automatización se comerá la mayoría de nuestros trabajos para desayunar, y hay tan poco que podamos hacer al respecto como el fabricante de herraduras podía hacer ante el inevitable avance del ferrocarril.

Por lo tanto, creo que el propio término "trabajo" puede llegar a ser bastante inútil dentro de poco. Propongo crear un nuevo término: workupation. Esta fusión de "ocupación" y "trabajo" podría ser más adecuada para describir nuestro futuro, porque es muy probable que aquello en lo que estemos ocupados se convierta en nuestro nuevo trabajo, monetizado, es decir, pagado de muchas formas nuevas, muchas de las cuales son inconcebibles o totalmente inviables hoy en día. Basta con echar un vistazo a cómo Flattr propone pagar a la gente por sus contribuciones periodísticas, y cómo la reputación social ya se mide en plataformas como Klout o Peerindex. Nos estamos convirtiendo rápidamente en una auténtica "sociedad en red" y el "trabajo" es una de las principales zonas de disrupción que se ve afectada por los avances exponenciales de las tecnologías de "big data", la inteligencia artificial, la robótica y la automatización en general. El crowdsourcing, el teletrabajo y la disolución global de las barreras entre sectores (por ejemplo, el coche autoconducido de Google, que está obligando al sector de la automoción a reimaginar lo que hace) son otras tendencias que influyen en el futuro del trabajo.

También debemos tener en cuenta que la tendencia mundial a la movilización, la consumerización desenfrenada de las TI y el empoderamiento total de los consumidores que ello conlleva, así como el crecimiento explosivo de los medios sociales en casi todos los sectores, ya han provocado una mayor difuminación de los asuntos privados frente a los empresariales. Estudios recientes han confirmado que muchos de nosotros trabajamos ahora 10-20% más que antes de tener esos potentes teléfonos inteligentes y redes sociales de negocios. Ya es difícil decir si lo que estamos haciendo en un momento dado es "trabajo" o no -es simplemente "lo que hacemos" y, a menudo, lo que nos apasiona- y esta tendencia no hará más que reforzarse en el futuro, a medida que dejemos las tareas serviles basadas en datos y algo mecánicas a las máquinas inteligentes y pasemos a centrarnos en nuestras capacidades exclusivamente humanas. En mi opinión, esto define el cambio del trabajo a la ocupación laboral: nos ocuparemos de proyectos y asuntos que realmente nos importan más que de los que requieren habilidades similares a las de las máquinas o (peor aún) pensamiento mecánico; y, por supuesto, las máquinas nos ganarán por goleada al ser más baratas, rápidas y fiables en 99% esas tareas. La tecnología avanza exponencialmente. Imagínese lo que esto significa dentro de 5 años, cuando sus hijos tengan que decidir qué estudiar o cómo planificar su carrera profesional: el aprendizaje "justo a tiempo" sustituirá sin duda al aprendizaje "por si acaso". También está claro que nos dirigimos a un mundo VUCA (término militar que significa volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) en el que puede ser más útil aprender, formarse y prepararse "a la carta" y "en flujos" que con los métodos tradicionales de aprendizaje de cortar y pegar. Por ejemplo, ¿seguiremos necesitando aprender idiomas si nuestros dispositivos móviles pueden traducir nuestra voz en tiempo real a más de 20 idiomas? Sí, personalmente creo que habrá muchas razones por las que nuestros hijos deban aprender idiomas -al fin y al cabo, para conocer de verdad hay que hacer y encarnar-, pero estas tecnologías cambiarán sin duda su forma de ver el mundo y harán que esas decisiones sean mucho más complejas.

¿Qué ocurrirá cuando las máquinas inteligentes y la inteligencia artificial ocupen entre 30 y 50% de nuestros puestos de trabajo? ¿Cómo haremos frente a lo que ahora llamamos "desempleo" de más de 50%? Esto supondrá nada menos que una redefinición total del trabajo, los empleos y el empleo en sí, y quizá aquellos de nosotros que hemos tenido la suerte de considerar que nuestro trabajo es lo que haríamos aunque no tuviéramos que hacerlo -o no nos pagaran por ello-, aquellos que han encontrado su verdadera vocación independientemente de la remuneración, puedan mostrarnos el camino hacia este futuro. Un futuro que medirá el valor de nuestro trabajo no por las "unidades" que hayamos producido, no por nuestra contribución al aumento del PIB/PNB mediante el mero incremento del consumo o de los beneficios. Un futuro que medirá nuestras contribuciones de forma más amplia, más profunda y, en definitiva, más humana".

A continuación, un gráfico muy apropiado ofrecido por mi amigo y colega Ross Dawson 🙂 .